La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha dejado firme la condena a 3 años de prisión en suspenso para el exdiputado nacional y actual legislador de la provincia de Tucumán, José Orellana, por el delito de abuso sexual simple cometido contra una secretaria en noviembre de 2016.
Los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti desestimaron el recurso de queja presentado por la defensa de Orellana al considerar que no cumplía con los requisitos formales establecidos por el reglamento del máximo tribunal.
Los hechos probados en el juicio de 2022 determinaron que el 11 de noviembre de 2016, en dependencias de la Cámara de Diputados de la Nación, Orellana abordó a la víctima, quien trabajaba como secretaria de otra legisladora. En ese momento, el entonces diputado le dijo que “necesitaba alguien que la quiera”, la abrazó y comenzó a besarla en la oreja izquierda, mientras le decía: “Seguramente nadie te besó así, ¿no?”.
Además de la pena de prisión en suspenso, la condena incluye la inhabilitación especial perpetua para ejercer cargos públicos y la extracción del perfil genético de Orellana para su inclusión en el Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a Delitos contra la Integridad Sexual (Ley N° 26.879).
El proceso judicial contra Orellana incluyó una denuncia inicial, una falta de mérito decretada en primera instancia y luego revocada por la Cámara de Apelaciones, que ordenó profundizar la investigación. Finalmente, se dictó el procesamiento por abuso sexual simple, lo que llevó a Orellana a juicio oral.
Durante el juicio, el fiscal general Sandro Abraldes solicitó la misma pena que finalmente fue impuesta, destacando la posición de superioridad jerárquica de Orellana como Diputado Nacional al momento del abuso. El testimonio de la víctima fue considerado veraz, verosímil y persistente a lo largo del tiempo.
La defensa de Orellana apeló la condena ante la Cámara Nacional de Casación Penal, que rechazó su recurso en agosto de 2024. La Cámara consideró que reducir el hecho a un mero conflicto entre particulares ignoraba el contexto de poder en el que ocurrió el abuso, siendo uno de los protagonistas un Diputado de la Nación en ejercicio de sus funciones y la otra una empleada del Poder Legislativo.
La última instancia de apelación ante la Corte Suprema también resultó negativa para Orellana, dejando firme la condena impuesta en el juicio.